ALC House
Ribarroja
021
Arquitecto
Gallador Llopis
Una única planta, de líneas limpias y cubierta plana, se despliega en el paisaje como un volumen sereno. La arquitectura se organiza en torno a una lámina de agua que abraza toda la zona de día, recorriéndola a ras del pavimento y fundiéndose con ella en una continuidad casi líquida. El agua refleja la luz sobre los cristales, y el interior parece diluirse en el exterior como una única materia habitable.


Sobre esta estructura elegante y contenida, se construyó una atmósfera de armonía total entre materiales, volúmenes y texturas. Cada mueble, cada acabado y cada detalle del interior han sido cuidadosamente seleccionados para reforzar ese diálogo, para acompañar la arquitectura sin imponerla, y para enseñar a habitarla con naturalidad y elegancia.
La zona de día se articula con claridad, conectando funciones sin cerrarlas. La cocina, el comedor y la sala de estar conviven en un mismo gesto visual, marcando ritmos a través de piezas que aportan equilibrio y proporción. Los tonos suaves y los materiales honestos generan una continuidad visual que extiende el confort hasta el exterior.
En este proyecto, incluso los materiales se eligieron con una atención poco habitual. Por la cercanía directa de la zona de estar a la piscina —sin apenas transición entre interior y exterior— se seleccionaron textiles de exterior para los sofás y alfombras concebidas originalmente para terrazas. Un gesto ingenioso y sutil, que permite que todo el espacio respire como un solo ambiente, sin renunciar a la funcionalidad ni a la durabilidad.





Bajo el porche, la colaboración con Gandía Blasco permitió incorporar piezas de la colección De madera en el comedor y en una amplia zona de estar exterior. Esta integración refuerza la sensación de continuidad entre dentro y fuera, haciendo del mobiliario un puente entre la arquitectura y la vida cotidiana.
En la planta inferior, un espacio más informal da respuesta al ritmo familiar: un salón abierto con sofá, televisión, billar y una cuidada selección de arte cedido por la galería CLC. El arte forma parte del día a día, en un entorno donde todo está pensado para acompañar los momentos compartidos.
Cada decisión en este proyecto nace de una escucha atenta. Comprender a quienes habitarán la casa permitió traducir sus necesidades en una propuesta coherente, donde cada elección —del color al material, del sofá a la lámpara— participa de una misma visión del espacio: abierta, luminosa y profundamente vivida

